En nuestra escuela tenemos clases de meditación. La meditación es inherente a la práctica de yoga y rla tenemos presente también en otras prácticas de Yoga. Sin embargo, nuestra hora es la de los martes y jueves a las 19:45h. Es al final del día, cuando ya solo queda estar contigo, donde tienes un tiempo para tí, donde puede sentarte, en silencio y en quietud. Dejando que la conciencia despierta ilumine de forma natural y tierna tu espacio interior, como lo hace el sol cuando sale cada día y la flor se nutre.
Se que sería maravilloso que para todos fuera así de simple, aunque lo es en realidad, nuestra complejidad como ser humano, así como la complejidad del mundo que nos rodea, representan una gran paradoja, con respecto a la simplicidad de la vida misma, de la naturaleza, incluso de nuestra propia humanidad. Y quizás, regresar a esa simplicidad sea parte del camino de la práctica, ver las cosas tal como son.
La práctica de Yoga y meditación tiene muchísimos beneficios, pero hoy me gustaría hablar sobre los beneficios de la meditación. Por suerte ya la ciencia, la neurociencia, tiene los medios para demostrar que las meditación cambia nuestro cerebro, que nuestro cerebro es plástico, por lo que este entrenamiento favorece al crecimiento de partes de nuestro cerebro y esto favorece nuestra salud.
Nos enseña a estar en el presente, a adiestrar nuestra mente, a tomar el control de nuestra propia mente, nos permite conectar con nosotros mismos. Es un entrenamiento donde redirigimos nuestra atención allí donde queremos estar, donde queremos focalizar nuestra energía.
Durante el tiempo que estamos sentados, nuestro sistema cardiovascular se regula, pues nuestra respiración es más calmada, mas profunda, mas sutil. Y este entrenamiento, durante la cotidianidad, nos va “calando” y poco a poco vamos ralentizando nuestros ritmos, favoreciendo a nuestra salud y disminuyendo el estrés y la ansiedad y favoreciendo también el dormir mejor. Aquí recuerdo un comentario de uno de mis maestros “meditar antes de dormir es como lavarse los dientes antes de acostarse” de alguna manera es como “lavarse la mente, para acostarse más sereno y consciente”.
Además constituye un camino de transformación personal en sí mismo. A medida que meditamos, vamos avanzando en nuestra profundidad del ser y sin ser analíticos en el momento, lo cierto es que el antídoto surge cuando hay calma y serenidad interna. Me explico: algunas personas y a mí misma, nos ha pasado que cuando comenzamos a meditar, empezamos a tomar conciencia del mundo que nos rodea, de nuestra de vida, de nuestros sueños, de nuestros asuntos internos… y esto si o si, conllevará una transformación natural, desde el momento que pones luz, que miras con atención, surge la solución. Por eso, a muchos de mis alumnos les pido que sostengan siempre la mirada amorosa, con aquello que encuentren, que florezca y que sientan que debe ser transformado.
Para mi es una práctica cotidiana, es vital y nutritiva y me encantaría que todo el mundo, pudiera probarla y llevarla a su dia a día. Te sumará bienestar y salud y es muy sencillo.
Gracias por tu atención.
Ling.
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